miércoles, 22 de febrero de 2012

NO QUIERO UNA CRUZ DE BARRO

Por las calles, centros, oficinas y hasta en la televisión hoy vemos a gente con un poco de barro en su frente, muchos aún se apresuran a las iglesias a medio Día para que un padre o un laico les coloque la muestra de que ellos son parte de la tradición.

Muchos ni escuchan las típicas palabras de “Conviértete y cree en el evangelio”, o muchos ni se acuerdan que son barro y siguen con su vida como sin más. Y es que no podemos quedarnos como sin mas por qué el barro al otro día se va y hay que ponernos a pensar que hacer después de esa mancha.

Esta mancha no es más que la entrada el inicio del Desierto, es el inicio del tiempo para abonar, limpiar, reparar, discernir y cambiar. Es complicado seguir a Jesús en esta época de desierto, y es que el desierto no es más que alejarnos a estar solos, con nosotros mismos, y que tan difícil es a veces hablar con nosotros mismos.

¿Con que fin nos vamos estos 40 días al desierto?, el discernimiento no es tanto conocer la voluntad de Dios sino sobre todo situarse haciendo la voluntad de Dios[1], y hay una tarea que Jesús nos puso a todos: “Toma mi cruz y sígueme” (Mt 16,21-27).

¿Cómo estamos ante la Cruz?, una pregunta que deberíamos hacerla ¿si estamos tomándola?, no podemos estar simplemente al pie de ella mirando al cielo y esperando, no podemos disminuirla, cortarla, no debemos despreciarla.

Es época de tomar fuerzas, mirar nuestro interior, para así cuando salgamos del desierto en Domingo de Ramos también caminemos junto a él y el Viernes Santo estemos en la Cruz con él, l Cruz no es fácil de llevar pero no la llevaremos solos Jesús esta ahí.

Es tiempo de escuchar, “Escucha Israel”, es tiempo de saber cómo estoy, es tiempo de conocernos y comprendernos, pues entre más nos conocemos, mas vamos a reconocer el amor de Dios, de ver en qué momentos veo a Dios en mi vida y Salir del desierto a apostar la vida por Jesús

Hay que apostarle a la cruz de verdad, hay que apostarle al verdadero seguimiento de corazón, Hoy no quiero simplemente una cruz de barro, hoy quiero buscarte señor, hoy quiero tomar tu cruz y seguirte. .



[1] BAENA, Gustavo. Razón de Ser del discernimiento en la revelación. Publicación del Centro Espiritualidad Ignaciana. Perú (s.m.i.)

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